“Es
absurdo pedir a los dioses lo que cada uno es capaz de procurarse por sí mismo”
Epicuro
No sé si es el destino o me estoy
proponiendo tocar palos molestos y mensajes que mucha gente no quiere oír, pero
creo que éste puede ser un enfoque útil para los que se quieran adaptar al
nuevo escenario empresarial que vamos a vivir. Creo que dentro de muy poco las
empresas que van a ir bien, y que van a sobrevivir, son las que estén
conformadas por autónomos. El concepto jefe y empleado son claramente del siglo
XX y del 3º mundo, donde todavía resistirán un tiempo.
Las relaciones laborales han
experimentado numerosos cambios a lo largo de la historia, desde la esclavitud,
las relaciones feudales, las integraciones en gremios, los jornaleros, la
contratación industrial, la pertenencia a corporaciones, cadena de montaje
incluida, el cooperativismo, los freelances… y así muchas más. Pero, ¿cuál será
la más adecuada para nuestro entorno en los próximos años y para la mentalidad
mediterránea? Probablemente sea la de acertante de la bono loto, pero para esa
no tengo recomendaciones ;-)
¿Qué busca una persona al
solicitar trabajo en una empresa? ¿Qué busca una empresa al ofrecer trabajo?
¿Qué puede realmente ofrecer un trabajador y una empresa el uno al otro? ¿Cuál
es la mejor forma de combinar ambos intereses? No creo que la respuesta sea
sencilla, pero vamos a tratar de profundizar un poco.
La empresa se puede haber creado
por muchos motivos: proyecto personal, necesidad de autoempleo, búsqueda de
beneficios… pero hay algo que tienen que tener permanentemente presente si
quieren subsistir: LA RENTABILIDAD. Normalmente se contrata a gente para
extender el negocio, para poder dar respuesta a las demandas de sus clientes o,
si es red comercial, para buscar nuevos clientes o mantener/incrementar las
ventas.
Un trabajador puede buscar varias
cosas. La principal (estadísticamente hablando) un salario con el que cubrir
sus necesidades y las de su familia, si la tuviere. Y, a partir de ahí, surgen
nuevas expectativas. Por ejemplo, en el plano personal, ser lo más feliz
posible, y esto puede ser porque el trato sea agradable y correcto, porque las
condiciones no sean muy penosas, lo más cómodas a su alcance, también pueden
influir factores de carácter familiar, como que sea fácil (posible en algunos
casos) la vida familiar… y también, si hacemos caso a Maslow, la SEGURIDAD. ¡A
las personas nos gustan los contratos fijos con locura! De hecho, esta es la
gran baza por la que la gente quiere ser funcionario, unido a que no suele ser
un trabajo muy exigente. Hay personas que dan un paso más y también buscan su
crecimiento profesional, es decir, crecer en aquellas disciplinas laborales que
desarrolla.
Estas tres variables conforman lo
deseable de los trabajos, y si encontramos las 3 en el mismo lugar, pues nos ha
tocado la lotería en forma de curro. Muchas veces tenemos que sacrificar una o
dos por alcanzar la tercera. Dependerá de lo que podamos elegir, y de cuál de
nuestras necesidades es más perentoria. ¡Lo que toca tragar cuando andas
apretado!
A lo largo de la historia ha ido
evolucionando la relación empresa/trabajador y estas tres variables han ido
cobrando distinta importancia. La lucha social se ha dado básicamente para que
se incrementen en la medida de lo posible las 3, pero no hay que olvidar que la
empresa lo que busca es rentabilidad. Quien no entienda esto, es que no ha
entendido el mundo. Si se provoca una situación donde las empresas no obtienen
rentabilidad, directamente quiebran y desaparecen, no pudiendo atender ni a las
demandas de sus clientes, ni de sus trabajadores. No podrá, aunque quiera.
Porque lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
Ahora viene cuando la mataban ;-)
Si una empresa tiene que ofrecer
más salarios de los que pueden soportar sus ingresos, directamente
desaparecerá, y desaparecerá para todos. “¡Pues que se jodan!” -Dirán algunos-.
Lo entiendo, pero a lo mejor todos los trabajadores no están en el equipo de
“que se jodan” y prefieren colaborar en las soluciones, porque también les
beneficia a ellos.
El mercado está pegando unos
bandazos de la leche. Hay que hacer pruebas y repruebas y más pruebas
estratégicas, por lo que empresas rígidas, se están hundiendo a una velocidad
inverosímil. Y esa rigidez puede venir causada por la mente rígida,
“acongojada” o acomodada del empresario o de las actitudes inamovibles de los
trabajadores, o de las dos a la vez (mala mezcla). ¿Qué les va a pasar a esas
empresas? Pues que van a desaparecer todas, ¡absolutamente todas!
¿Estás en una empresa con fuertes
rigideces? Pues date por jodido, seas empresario o trabajador.
Y esto, ¿cómo se está
solucionando? Pues de muchas formas, por ejemplo, uniones de autónomos que
facturan por lo que aportan a un proyecto, como si se tratara de la producción
de una película. Aquí la figura del jefe se difumina rápidamente. No hay
alguien que manda y otros que obedecen, al estilo clásico. Aquí hay alguien que
lidera y otros que se unen, y cada uno cobra en la medida que aporta al
proyecto y cuál es su valor en el mercado. Por lo tanto, nadie está atado. Es
como el matrimonio, antes era para toda la vida y ahora existe el divorcio,
pero, ¡¡para las dos partes!!
Si alguien piensa que puede haber
estructuras que le proporcionen seguridad y predictibilidad de su futuro, lo va
a pasar muy mal. Me da igual jefe, que empleado. Porque nadie puede dar lo que
no tiene. Y ya nadie tiene seguridad.
Da igual que tengas un contrato
que diga que ganas 5.000 € por el resto de tu vida. Si tu empresa quiebra, tu
contrato es papel mojado. ¿De qué te ha servido “la seguridad”?
Imaginad, siguiendo el ejemplo de
la producción de una película, que hubiera (de hecho las hay) empresas que
realicen series de televisión. Se reúnen en torno a una idea, tratan de
realizarla y venderla. Cada aporte es importante. Si la serie tiene éxito, es
posible que se haga una segunda temporada, si fracasa, adiós muy buenas. Tanto
si eres productor, director, actor, director de fotografía, electricista o
carpintero en los decorados, te interesa que la serie tenga éxito. Te interesa
buscar a los mejores equipos para que tu futuro sea lo más prometedor posible.
En cualquiera de esos puestos debes procurar continuamente hacerlo lo mejor
posible y estar preparado por si se acaba, tener otras alternativas. Si eres
productor (podríamos llamarle el jefe) no te vale con meter a tu primo de
director, si la serie sale mal. Te arruinarás por no profesionalizar el
proyecto. Si eres director (gerente, podríamos llamarle) te interesa un
productor inteligente, pero también unos actores solventes y con tirón. Y así
hasta el que se encarga del vestuario ¿no?
Su futuro se escribe cada día y
de forma interconectada. Cada capítulo cuenta. Lo vean o no lo vean.
Ahora imaginad una empresa que
crea que te puede garantizar (incluso que te lo ofrezcan) tu participación en 5
temporadas de una serie. Si la serie es un fracaso ¿cuánto vale su “garantía”?
El concepto empresa va a ser
sustituido por el de proyecto, y ahí el reparto de cargas y beneficios tiene
que ser elástico, solidario y proporcional a lo que se aporte.
Fórmulas que responden más o
menos a este enfoque son las franquicias. McDonalds no tiene restaurantes (o
muy pocos), tiene franquiciados. En una ciudad pueden ir como un cohete, en
otra, no sacar para los gastos. Al franquiciado le interesa una matriz potente,
pero a la matriz también un franquiciado solvente. ¿Quién lo necesita más?
Depende de lo que aporte cada uno.
Supone un cambio de mentalidad
absoluto en la concepción de la jerarquía. El concepto “jefe” casi no va a ser
operativo, pero el de “empleado” tampoco.
Vamos en el mismo barco y todos
remamos, nos hundimos, disfrutamos y… nos podemos bajar cuando queramos.
Soy autónomo y hace tiempo que ya
no concibo otro escenario.
Fernando Salinero
Autor del Libro "No es una crisis, es un cambio estructural" y Director de IDPyme